02 abril 2009

Platoniq: La Ciencia de Compartir.

Por: José Luis de Vicente

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imagen de Neural.it

Susana Noguero y Olivier Schulbaum, un ex-documentalista del canal de televisión Arte, iniciaron el proyecto Platoniq en Berlin hace casi diez años. Junto a Ignacio Garcia y otros colaboradores se dedican a desarrollar herramientas, acciones y eventos para fomentar la producción y distribución de cultura libre y conocimiento compartido. Su proyecto más reciente, Banco Común de Conocimiento, ha sido una presencia constante en festivales y centros de nuevos medios durante el último año y medio. Hoy en el CCCB, Platoniq dirigen la sesión Libertad, Igualdad y P2P, dentro del ciclo ICI.

El Banco es un “laboratorio portátil” que se instala en instituciones culturales, organizaciones y espacios artísticos. En estos momentos, se encuentra en el Centro de Arte Contemporáneo Bòlit de Girona, dentro de la exposición Recursos Propios. Su objetivo es poner en contacto a usuarios que pueden ofrecer conocimento especializado y de alta calidad con otros necesitados de acceder a esa información.

Inspirándose en la filosofía de ayuda mutua de los foros de Internet, los ciudadanos sitúan sobre un tablón de anuncios ofertas y demandas de conocimiento. Las cuestiones cubren un amplio espectro: desde lo práctico (“Cómo darse de baja de Telefónica”, “Mis derechos cómo Inquilino”) a otras que sirven para desencadenar debates ("Explicar las causas de la Crisis Económica") o arrancar iniciativas ("Poner en marcha una red para compartír coche").

Estas ofertas reciben “votos” en forma de usuarios que manifiestan su interés por preguntas concretas. Las más demandadas se seleccionan y pasan a formar parte de los “mercados”, grandes encuentros en que el Banco Común cobra vida y se produce el intercambio de saber.

Platoniq pertenecen a una nueva generación de agentes que más que artistas, entienden su práctica como una forma de investigación y producción cultural. Una investigación que puede llevarse a cabo fuera de los departamentos universitarios y a una distancia más corta de la sociedad civil. Por esto, el Banco Común ha pasado por contextos artísticos altamente especializados como Ars Electronica y Transmediale, los festivales más importantes de new media en Europa, pero también por escenarios de la vida real, como el que le ha llevado en las últimas semanas a las aulas de un Instituto de Educación Secundaria de uno de los barrios más conflictivos de Sevilla, dentro de la programación del festival Zemos98. “Necesitamos del apoyo del mundo institucional del arte para poder investigar y crear modelos”, afirma Olivier Schulbaum, uno de los fundadores del colectivo. “Pero nos sentimos más cercanos a la tradición de la educación libertaria, y a modelos históricos como la Escuela Moderna en Barcelona. Creemos en la idea de educación mutua, y en los que intentaron recuperar el conocimiento público en espacios como los ateneos”.

El otro gran referente del trabajo de Platoniq es, por supuesto, la ética y la política del software libre nacido en Internet. “Somos más parte del movimiento por el conocimiento libre que artistas relacionales.” El Banco Común genera un archivo documental online en el que se va recopilando toda la información recogida en sus distintas presentaciones. Pero para sus creadores, un proyecto así no tendría sentido si existiese sólo en la red. La evolución natural del proyecto tendrá que ver más con eliminar a los intermediarios y construir sistemas donde los usuarios puedan autoorganizarse y responder a la demanda de conocimiento sin necesidad de gestores ni coordinadores. SOS, su próximo proyecto, quiere combinar móviles, tablones de anuncios audiovisuales y motocicletas para crear un red de conocimiento autosuficiente, y de respuesta inmediata.

Vía: ELÁSTICO

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